Con las vacaciones apetece un montón hacer planes diferentes, ya sea en la playa o en la montaña, está muy chulo poder hacer pic-nic con la familia o los amigos. A mí me encanta llevar la típica cesta con mantel de cuadros incluido, aunque para triunfar realmente en un pic-nic necesitas mucho más que el típico postureo.
En las películas, por ejemplo, siempre aparecen platos de barro o de cristal para hacer un pic-nic. Es mucho más cómodo llevar vasos, platos y cubiertos de plástico. Eso sí, luego lávalos para reutilizarlos. ¡El plástico contamina un montón!
Depende si vas a la playa o a la montaña debes elegir un outfit distinto, pero lo que nunca puede faltar es la crema de sol por todo el cuerpo y guardada en el bolso para volver a echarla y una gorra o sombrero para cubrir la cabeza del sol. Aunque elijas ponerte a la sombra seguro que hay momentos en los que te expones al sol y hay que proteger el coco.
Respecto a la bebida, obviamente es necesaria una neverita portátil, ya que ahora en verano triunfan las bebidas frías tanto para acompañar la comida como para compartir con el postre. Como ya sabréis, yo nunca me olvido de llevar mis tres botellas favoritas de Emma Premium Gin, y para triunfar más todavía, guardo frutas de lima, naranja y fresa para acompañar la bebida. ¡Ah! Y mucho mucho hielo. Por otro lado, para tomar mientras comes puedes llevar refrigerios varios, tinto de verano, cerveza… ¡Todo muy fresquito!
Por último, y quizá lo más importante… ¡La comida! Elige siempre platos que sean fáciles de llevar en tuppers y que no se estropeen con el calor. Puedes hacer una empanada, llevar embutido, ensalada campera (sin mayonesa que en verano es un peligro), tomates aliñados, latas de conservas, aceitunas, patatas… Muchas cosas de picoteo para compartir con todo el mundo. ¡Eso es lo guay de los pic-nics!
Y vosotros, ¿qué os llevaríais a un pic-nic?
¡Hola a todos! ¿Qué tal? Yo súper feliz porque está en Madrid el World Pride 2017 y estamos todos los amigos en la capital. Ya sabéis lo que dice el eslogan que decora la ciudad: “Ames a quién ames, Madrid te quiere”. Por eso, todos mis amigos, sean gays, lesbianas, hetero, trans, bi… han querido venirse de fiesta a la capital… ¡Qué está llena de colores!
Lo guay es que –como ya sabéis- siempre tengo botellas de Emma Premium Gin en mi apartamento, y como son de colores… ¡Pegan un montón con el momento! Las copas de antes de salir las estamos haciendo en mi casa y todos haciéndose fotos “orgullosos” con las botellas, porque además Emma Premium Gin también ha lanzado su apoyo al colectivo LGTBI+ en sus redes sociales. ¿Ya les seguís verdad?
Lo cierto es que a mí los colores de la bandera me encantan, pero también lo que significan estas fiestas. No son solo una celebración por los derechos conseguidos, también un recordatorio por los que quedan por lograr. Además, obviamente, son unas de las mejores fiestas de Madrid, en las que no importa cuál sea tu identidad o condición sexual… ¡Todos lo pasamos fenomenal!
¿Os cuento una curiosidad sobre los colores de la bandera del Orgullo? Fue creada por Gilbert Baker en 1978 y cada color tiene un significado. El rosa representa el sexo, el rojo la vida, el naranja la curación, el amarillo la luz del sol, el verde la naturaleza, el azul el arte, el celeste la armonía y por último el violeta, el espíritu humano.
¿Qué os parece? ¿Vosotros habéis ido al World Pride 2017? Y vuestras botellas de Emma Premium Gin, ¿triunfan tanto como las mías?
¡Un beso a todos!
No hace falta deciros a estas alturas que soy una gin lover. Así que, como amante de la ginebra no solo he viajado por Europa buscando sus orígenes, sino que el otro día me apunté a una actividad que me ha venido muy bien: me enseñaron cómo maridar diferentes tipos de gin tonic, es decir, qué aperitivos casan mejor para cada ocasión. Y como imagino que deseáis saber lo que me contaron, aquí os hago un resumen.
Para un gin tonic con Lime Gin
El refrescante sabor de la ginebra de lima con tónica puede contrarrestarse con el toque ligeramente dulce y suave de las nueces de macadamia, que como sabéis, le aportan un toque gourmet al momento gin tonic que os va a encantar. Eso sí, si preferís un toque más salado que contraste con el dulzor de la lima, siempre está bien optar por snacks de queso.
Para un gin tonic con Orange Gin
La ginebra con sabor a naranja destaca por una elegancia y brillantez muy especial al paladar, de ahí que pueda combinarse con sabores muy dulces o salados. Entre los primeros, destacan las onzas de chocolate negro. Ya sabéis que la naranja y el cacao forman una pareja perfecta. Y si optáis por algo salado, hay varias opciones de frutos secos, pero para mí los anacardos son los mejores.
Para un gin tonic con Strawberry Gin
Y vamos con una de las favoritas de la gente: la suave y dulce ginebra de fresa, a cuyos gin tonics le van perfectos los frutos rojos. Vale, eso seguramente lo habéis visto muy obvio, pero ¿qué os parece acompañarla con chips de frutas deshidratadas? Están deliciosas.
Quizás estés pensando que falta un aperitivo con el que os hacen los ojos chiribitas, aunque no queráis reconocerlo: las gominolas o chuches. Pero es que van bien con todas las ginebras de sabores. E incluso para los más golosos pueden combinar también con un gin-tonic tradicional.
Para un gin tonic con ginebra tradicional
Y hablando de gin tonics “tradicionales”, pues lo más habitual es acompañarlos con frutos secos o aperitivos salados. Y aquí podemos ir desde las típicas patatas fritas hasta las chips de yuca, cuyo sabor es más suave.
Y aunque no os lo vaya a contar hoy, os quiero adelantar que se están empezando a maridar los gin tonics con comida. Esto quiere decir que te podrás zampar una hamburguesa o un buen pescado acompañados por una copa sin que nadie te diga que no es momento. Pero eso para otro día 😉
¡Hola, hola! ¡Estoy de vuelta! ¿Me echabais de menos? Espero que sí y que os preguntarais “¿dónde estará Emma, que nos tiene abandonaditos?”. La respuesta es muy sencilla (os voy a dar envidia): estaba de viaje. ¡Es una de las cosas que más me gustan! ¿Que dónde? Haciendo mi propia Ruta de la Ginebra. Sí, sí, tranquilos porque os la voy a resumir ahora mismo. A ver si os puedo servir de inspiración. El caso es que cogí la maleta y me fui a visitar los lugares donde nació y se popularizó la ginebra. Y ya que estaba y me sobraba tiempo, me acerqué a donde se inventó el gin tonic.
En Vespa por el Sur de Italia
Mi primera parada fue el Sur de Italia. Sí, ya sé que la ginebra viene de Holanda, pero es que ya en el siglo XII los monjes italianos destilaban bayas de enebro (la palabra ginebra, como sabéis, viene de enebro) para combatir la peste bubónica. ¿Y por qué? Pues porque tienen cualidades que favorecen la circulación de la sangre. Así que para allá que me encaminé. Elegí Sorrento no porque supiera que encontraría vestigios de ginebras, sino porque había monasterios y, sobre todo, una costa bellísima. Sí, amigos, la Costa Amalfitana es una maravilla. Así que, aprovechando que estaba por la zona, me alquilé una Vespa y me acerqué a la increíble villa de Positano, donde aproveché para tomarme un buen gin-tonic mientras atardecía. De verdad, cuando podáis, coged un avión y visitadla… ¡Qué pasada!
Enamorada de Holanda
La segunda parada me llevó a Holanda. No os quiero mentir, pero tengo predilección por los Países Bajos. Así que me hacen los ojos chiribitas al hablar de aquella zona. En primer lugar fui a Schiedmam, cerquita de Róterdam, ya que allí empezó a fabricar ginebra el empresario Lucas Bols hacia el año 1575. Eso sí, el primero en inventar la bebida fue un misterioso médico 25 años antes (¡otra vez como medicina!).
En Schiedmam alquilé un coche para dirigirme a Ámsterdam, el siguiente destino de mi Ruta de la Ginebra; aunque he de reconocer que antes de llegar me deleité con el encanto de Delft, los jardines de La Haya y los tulipanes de Leiden. ¿Y de Ámsterdam qué deciros? Que una vez más me sedujeron sus canales, sus gentes abiertas de mente y los paseos en bicicleta que me di cada tarde pensando en las historias que guardaban sus calles más antiguas.
Los encantos de Londres me atrapan
La tercera y penúltima parada fue el Reino Unido. ¿A que no sabéis por qué los ingleses se interesaron por la ginebra? Os lo cuento: durante una de esas guerras que tuvieron lugar en la Edad Moderna (en esta ocasión llamada de los 30 años), los ingleses y los holandeses eran aliados. Total, que los primeros observaron que sus colegas bebían algo que les ponía tan a tono que perdían el miedo. Y claro, no tardaron en copiar el hábito. Eso hizo que la ginebra se popularizara en Inglaterra hasta límites insospechados (que ya os contaré otro día).
El caso es que por tierras de la Gran Bretaña aproveché para visitar Plymouth, donde hay ginebras con denominación de origen, y claro está, Londres. En Plymouth pude pasear por su costa y relajarme con la brisa marina, pensando en la cantidad de barcos que salieron de su puerto hacia el Nuevo Mundo. No obstante, tanta relajación no es para alguien como yo. Así cogí el tren y me dirigí a la capital, al origen de la london gin.
En Londres me demoré bastante tiempo. No tenía otro remedio pues quería empaparme de lo que la metrópoli te ofrece: diversidad, colores y sabores de todas las partes del mundo, monumentalidad en cada uno de sus rincones… Caminar por sus barrios te hace sentir que debes estar allí en ese preciso instante y no en ningún otro lugar. Y, claro está, finalizar esos paseos en sus pubs tradicionales es el mejor broche.
Un gin tonic en el corazón de Europa
Y la parada final de mi Ruta de la Ginebra fue Suiza. ¿Por qué? Porque en Ginebra (curioso que fuera precisamente en esa ciudad) un joyero de origen alemán llamado Johann Jacon Schweppe le metió gas al agua envasada en botellas. Eso fue el preludio de la tónica que, a la postre, fue el mejor complemento para la ginebra: el gin tonic.
Además de patearme Ginebra de cabo a rabo, decidí rodear el Lago Lemán, pasando por Lausana, y sentir el poder de la naturaleza. Porque sí, Suiza es una postal hecha país (pena que todo sea tan caro).
Y ese fue el fin de mi Ruta de la Ginebra, queridos amigos. Cuando queráis os cuento más detalles sobre cada lugar, pero ahora va siendo hora de dejaros, que me están esperando para irme de after work.
¡Besos!
¡Muy buenas! Soy Emma una semana más, pero esta es especial, porque es San Valentín y, no voy a negarlo, me encanta esta fecha.
Hoy voy a intentar ayudaros con algo que me pasa siempre: olvidarme de comprar los regalos hasta última hora. Mirad que soy organizada con todo, pero el tema de las fechas señaladas muchas veces se me pasa, hasta el último momento, que lo recuerdo y me dispongo a buscar el regalo perfecto. Porque no, que sea de última hora no es sinónimo de que sea una chapuza.
Si vas a regalarle algo a la persona a la que amas, no seas cutre, olvídate del típico ramo de rosas o la caja de bombones. Intenta currártelo un poco más, y compra regalos especiales. Por eso, hoy os traigo cinco propuestas que seguro te van a encantar, a ti, y a tu pareja.
¡Emma! No, no estoy a la venta (más quisierais jeje) pero sí las ginebras Premium que descubrí hace un tiempo con mi nombre. Emma Gin es un acierto seguro para regalar en San Valentín, puede optar por el pack de tres: lima, fresa o naranja. O solo aparecer con el sabor favorito de tu pareja, y si encima lo compartís, mejor que mejor. La noche de San Valentín será mucho más dulce y a la vez cañera si lo hacéis con Emma. Podéis encontrar las botellas en el Supermercado de El Corte Inglés.
Con “Tus desayunos” podéis darle una sorpresa a primera hora de la mañana (o incluso enviárselo al trabajo). Tienen desayunos a domicilio súper románticos para expresar el amor hacia esa persona tan especial en San Valentín. Podéis elegir entre dulce y salado (vosotros sabréis lo que preferirá tu pareja) e incluso incluir una tarjeta de felicitación personalizada.
Si lo que necesitáis es relajaros, porque el estrés está comenzando a influir en la relación. Nada mejor que regalarle un “Spa con masaje para dos”. Lo cierto es que las cajitas de Wonderbox, que además son súper cuquis, os lo ponen muy fácil y están a la venta en un montón de establecimientos. Decidle a vuestras parejas que este San Valentín os hace falta un poco de relax para estar más unidos que nunca.
Una noche romántica (y por qué no, también pícara) en Dear Hotel, ubicado en plena Gran Vía con vistas a todo Madrid desde su Sky Lounge Nice to meet you, vuestra pareja se enamorará todavía más de vosotros desde lo más alto de la ciudad. Además podéis aprovechar para cenar en su restaurante en la azotea y después pasar la noche en el hotel. Un regalo pleno y un acierto seguro, al menos, a mí me encantaría.
Por último, si preferís algo material para que vuestra pareja te recuerde cada vez que lo vea (o en este caso, lo lleve puesto). Os muestro dos opciones, una masculina y una femenina.
Para ellos, la primera colección de relojes Premium de Kronaby le encantará a tu chico. Los nuevos Kronaby Connected Watch van a ser los relojes de moda esta temporada. Ya que llegarán a la tienda física en España en abril, por ahora se ha hecho el lanzamiento en forma pre-venta (que últimamente está muy de moda), a través de la página web de la firma. Lo cierto es que unen estilo y tecnología, una combinación perfecta para un hombre del siglo XXI.
Para ellas, algo que a mí me encanta y a muchas blogueras e influencers de moda (entre ellas la gran Paula Echevarría) es la marca 2enEspiral, joyas fabricadas en España que está teniendo un gran éxito entre el público femenino. Y lo cierto, es que tienen unas colecciones preciosas. Para este San Valentín me quedo con la nueva colección Grow y en especial con esta gargantilla que incluye la palabra Love. ¡Es ideal para este día!
Espero que os gusten mis propuestas para San Valentín, y sobre todo, que os sean útiles. La semana que viene, más y menos. ¡¡¡Un abrazo cargado de amor!!!!
Es la segunda entrada en el blog y ya me siento como Chiara Ferragni o Lovely Pepa, y es que muchos de vosotros ya seguís mis historias y os habéis aprendido mi hashtag a la perfección. Si andas despistado apunta: #YoSoyEmma.
No es que sea una ególatra, ¡debéis saber que no lo soy!, pero estoy deseando contaros cosas sobre mí y picaros la curiosidad cada semana. Por eso, hoy voy a continuar desvelándoos un poquito más de mí, porque para que mentir… ¡Me encanta!
He decidido hacer una lista sobre aquello que me gusta hacer, con lo que más disfruto. Quizá 10 cosas son pocas, pero así vais teniendo curiosidad por conocerme.
Comenzamos…
1. Me encanta dormir, nunca es suficiente.
Siempre estoy hasta arriba con mil cosas de trabajo y entre planes, amigos o incluso compromisos de eventos por trabajo voy, utilizando una expresión que me encanta, “como pollo sin cabeza”. Eso sí, el fin de semana, puedo tirarme durmiendo durante horas (si me acuerdo de poner el móvil en Modo noche, porque si no, mi despertador de fin de semana se llama “Grupos de Whatsapp” y les da igual la hora.
2. La cultura en todos sus ámbitos.
Sí, puede que sea un poco “freak” en este tema, me encanta ir al cine, las palomitas, el teatro y sus aplausos, y pasear por el Reina Sofía. En Madrid estoy descubriendo grandes sitios y creo que los próximos meses mi agenda está bastante apretada.
3. La fiesta.
La verdad, me debo haber hecho mayor y, aunque de vez en cuando voy a alguna discoteca, ahora soy más de sofá vintage y horas de conversación con una, dos, tres copas en la mano.
4. ¡Emma! Y no, no es que me encante a mí misma.
¿Recordáis las ginebras Emma? ¿Las que llevaban mi nombre? Bueno, pues ya estamos mis amigas y yo comprando más para nuestra pequeña reserva de fin de semana. Ojalá la encuentre pronto en los bares, porque me encanta. Y no solo a mí, también a todo el que la prueba, tanto fresa, como lima como naranja, cada una es para un momento.
5. Amo viajar, sí, de la palabra amor.
Conocer nuevas culturas, gente de otros países o ciudades, probar comidas raras en los típicos lugares (menos bichos). Es mi prioridad para disfrutar de la vida aunque tenga que ahorras solo para eso.
6. Últimamente disfruto cocinando.
Si leyera esto mi madre no se lo creería, pero le estoy cogiendo mucho gusto a la cocina, sobre todo a la repostería. Ya os compartiré algunas de mis recetas de pasteles de frutas, además súper sanos. Os van a encantar, además con postre siempre es bienvenida una buena copa.
7. Las series.
Ya lo dije en mi entrada anterior, puedo confesar incluso que estoy un poco adicta. Hay días que duermo menos horas antes de irme a trabajar por convencerme a mí misma de ver un capitulito más. Ahora estoy con “Santa Clarita Diet”, y cuando tenga tiempo quiero comenzar “Billions”, que me hablan muy bien de ella.
8. L’amour… (Sí, en francés suena mejor).
Lo cierto es que pronto llega San Valentín y me gustaría preparar un post especial sobre este día, ya lo leeréis. Soy fan de las historias de amor en las películas, los libros, las series… ¡e incluso las que me cuentan mis amigas!.
9. Adoro los animales.
Todos, absolutamente todos me gustan (excepto los bichos). Sí, pobres bichos que les discrimino, pero me dan miedo-asco, no puedo hacer nada. Lo cierto es que por ahora no tengo ninguna mascota, pero en un futuro me encantaría adoptar un perro o un gato. ¡O los dos! Dicen que dan mucha compañía, y a mí me encanta estar acompañada.
10. La fruta es mi comida favorita.
Se me quedaron los Fruitis grabados. Sí, sé que no puedo alimentarme solo de eso, pero siempre intento tomar mínimo dos piezas de fruta diarias. Quizá por eso me gusta tanto Emma (además de porque lleva mi nombre) porque me estoy convirtiendo en una experta coctelera para impresionar a mis amigas y sirvo la ginebra con naranja, lima o fresa. Según, la “Emma” que escojan.
Bueno, hasta aquí la lista de 10 cosas sobre mí, espero que os haya resultado interesante y que queráis seguir conociéndome. ¡Os envío un abrazo muy grande!
¡Hola! ¡Soy Emma! Esta es mi primera entrada en el blog, mi entrada de presentación. Podéis dejarme en los comentarios preguntas para conocer más sobre mí, aunque en los siguientes posts iréis sabiendo más información sobre lo que me gusta.
Como os decía antes, mi nombre es Emma, y soy nueva en la ciudad. No conozco a mucha gente, pero no me importa, suelo hacer amigos fácilmente, y cualquier noche me podéis encontrar por ahí. Eso es lo que me gusta de las grandes ciudades, hay planes para hacer de lunes a domingo, y aunque tenga que atender mis responsabilidades, siempre hay tiempo para tomar una buena copa con amigos, si sabes organizar bien el tiempo.
Me encanta sentirme acompañada de gente, reírme a carcajadas, y hacer un montón de actividades. Soy de esas personas que se adapta a todo tipo de planes. ¿Vamos a la montaña? ¡SÍ! ¿Salimos a tomar algo? ¡Sí! ¿Quedamos para ir al cine? ¡También!
Por otro lado, también soy casera, es una buena ocasión para pensar en mis cosas, apartada del bullicio de la ciudad (ese que en el fondo me encanta) pero también con espacio para crear mi futuro, aunque sea en mi cabeza. Y sobre todo, disfrutar de Peaky Blinders, Juego de Tronos, Girls, House Of Cards. Confieso mi adicción: las series. Y si van con una copa un viernes por la noche con mantita y sofá mejor.
Eso me recuerda que el otro día dando una vuelta por esta nueva ciudad entré en Supermercado de El Corte Inglés. Allí descubrí que hay una ginebra que se llama como yo y –os parecerá absurdo- pero esas tonterías me emocionan. Me compre tres, una de cada sabor: naranja, fresa y lima. Y además pensé: son como yo, versátiles según el momento.
Lo cierto es que me encantan las redes sociales y el mítico postureo. No puedo remediarlo. Soy la típica que se hace fotos a los pies cuando está en la playa o que los domingos mira el carrete del smartphone para reírse de sí misma y compartir las fotos más divertidas en los grupos de Whatsapp. Sí, quizá soy una “Smart-girl”, tan de moda que está este concepto.
Volviendo al tema de antes, ¿sabéis lo genial que es tener una ginebra que lleva tu nombre? Sí, me habéis leído la mente, ya estoy pensando en todas las fotos que voy a subir a las redes sociales con las botellas. Porque ellas son yo, Emma.
Instagram: EmmaGin_ES
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Y con el hashtag #YoSoyEmma